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Hola y bienvenidos de nuevo a mi blog “Huele a Química”. Porque la Química, efectivamente, huele, y todo lo que huele es, efectivamente, Química.


Esta semana os traigo ciencia de calidad vivida en primera persona, ya que, como habréis podido seguir en las cuentas de Twitter y Facebook he asistido a dos eventos de divulgación de la ciencia de muchísimo interés. Además, ayer tuve una reunión muy importante relacionada con mi trabajo, así que he querido compartir estos eventos con vosotros.

Primero, el Miércoles asistí a una conferencia en el Auditorio Santiago Grisolía, situado en el mismo ‘Museo de las Ciencias Príncipe Felipe’ de la ‘Ciudad de las Artes y las Ciencias’, impartida por el Profesor Francis Mójica de la Universidad de Alicante. El profesor Mójica fue hace poco galardonado con el ‘Premio Jaume I a la Investigación Básica 2016’, por su aportación en el descubrimiento de la tecnología CRISPR-Cas9, y precisamente de esta tecnología y de la historia de su descubrimiento trató la conferencia.

La tecnología o técnica CRISPR-Cas9 pretende ser uno de los mayores avances en Microbiología, sino en Ciencia, de las últimas décadas. El título de la conferencia era: «Un ‘corta-pega’ genético revolucionario: la técnica CRISPR». Y es que para los que no somos expertos, ni siquiera entendidos, de la microbiología, la técnica se entiende como eso, un ‘corta-pega’ de genes. En pocas palabras, esta técnica es capaz de cortar un trozo de ADN (gen) que provoque una enfermedad, y pegar un nuevo gen que encaje en el hueco, reparando el problema. Incluso, el nivel de control es tal, que además de reparar el problema, se podrían añadir nuevas funciones que ese individuo antes no tenía en su genoma.

Sin duda fue una de las conferencias en las que más he disfrutado, a pesar de ser de una disciplina en la que yo no me manejo en absoluto (¿o quizá fue por eso?).

Y hablando del CRISPR-Cas9, precisamente hoy, 2 de Diciembre, he podido leer una de las noticias más importantes relacionadas con esta técnica, y es que investigadores de la Universidad de Sichuan, en China, inyectaron hace pocos días células modificadas genéticamente mediante esta tecnología, por primera vez en un ser humano, para tratar cáncer de pulmón. Habrá que hacer un seguimiento a esta noticia para ver si realmente estamos asistiendo a historia de la ciencia.

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Llegó el Jueves, y vino a Valencia el escritor y divulgador científico Pere Estupinyà, al cual podéis ver todos los Sábados a las 20h en La2 en su programa El cazador de cerebros. El acto organizado por «Octubre. Centre de Cultura Contemporània», consistió en una entrevista a Pere Estupinyà en la cual se habló de su vida, de cómo dejó un doctorado en genética para dedicarse a divulgar la ciencia, empezando en radios y periódicos locales, colaborando poco después en el programa de Eduard Punset Redes por enviar un e-mail a tiempo, y como llegó a ser presentador de uno de los mejores programas de divulgación de la televisión española. Previamente, contó que había sido columnista, que había pasado un año en el MIT «cobrando por aprender», y cómo de repente decidió escribir un libro («El ladrón de cerebros»). Un auténtico «freelance», como él mismo se define.

De esta entrevista que pude ver en directo saqué varias conclusiones: la primera, que sólo se debe divulgar ciencia si se está convencido de ello; la segunda, que hay más de una forma de contribuir a la ciencia (no sólo estando en un laboratorio); y la tercera, que no hay que temer recibir un «no» por respuesta.

Sin duda, disfruté mucho de oír hablar a este hombre.

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Y así llegamos al día de ayer. El Viernes 2 de Diciembre tuvo lugar la última reunión de los diferentes grupos que conformamos el Proyecto Consolider 2010, al cual mi grupo  de investigación pertenece.

Lo explico: en 2010 el Ministerio de Ciencia e Innovación (actual Ministerio de Economía, Industria y Competitividad -sin Ciencia-) creó un programa de financiación a proyectos científicos de excelencia, en los cuales varios grupos de investigación de toda España unieran fuerzas bajo unos objetivos comunes. Este programa incluía una elevada financiación y una duración asequible de 5-6 años para lograr esos objetivos. La gracia de este programa fue que promovió la colaboración de grupos de diferentes áreas, cosa que siempre favorece a la ciencia.

Pues bien, uno de los proyectos que se aprobó fue el que incluía al grupo en el que ahora me encuentro realizando mi tesis doctoral, el «Grupo de Síntesis, Reactividad y Química de Coordinación de Compuestos Heterocíclicos con Actividad Farmacológica» de la Universidad de Valencia». Desde 2011 mi grupo lleva trabajando en consonancia con otros grupos de Valencia, Granada, Palma, Girona, Madrid y Cádiz.

El objetivo de estos grupos fue la formación en España de un «gran grupo» multidisciplinar dedicado a la Química Médica Supramolecular (el grupo global se llamó SUPRAMED). Y el deseo último era generar moléculas con capacidad de combatir enfermedades parasitarias tropicales (leishamnia y chagas), y también moléculas antitumorales y antiinflamatorias.

Todos aportamos al proyecto lo que mejor sabemos hacer. Para que me entendáis, yo soy químico orgánica, y mi trabajo actualmente es sintetizar moléculas. Yo creo moléculas, porque yo se fabricar moléculas. Sin embargo, si quiero probar si la molécula que he generado tiene algún tipo de actividad antiparasitaria, yo sólo no lo puedo hacer, porque no se, y para ello necesito a otra persona que coja esa molécula ya hecha, y la pruebe utilizando las técnicas y procedimientos adecuados. En eso se ha basado ese proyecto, algunos grupos sintetizábamos moléculas que ‘a priori’ pensábamos que podían actuar de una determinada manera frente a una enfermedad, y las mandábamos a los otros grupos colegas para que las probaran frente a esta enfermedad. Y así hemos hecho ciencia los últimos 6 años, obteniendo unos resultados realmente prometedores.

Entonces, ayer, justo antes de acabar 2016, nos reunimos representantes de los 9 grupos, y tuvimos una jornada de exposición de resultados, debate, balance global del proyecto, etc. Mi papel en la reunión fue representar a mi grupo, exponiendo nuestra actual línea de investigación, es decir, ¡hablar frente a 40 o 50 investigadores mayores que yo, los cuales tienen más bagaje y tablas que yo! Aún así, creo que me defendí y supe explicar a lo que me llevo dedicando desde hace un año, que de eso sí, yo era el que más sabía de la sala.

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Como he dicho al principio, ha sido una semana de mucha ciencia, y de ciencia de calidad. Desde una tecnología revolucionaria, pasando por un personaje de la divulgación científica muy relevante hoy en día, hasta llegar al cierre de un proyecto bonito, en el cual he tenido la suerte de participar activamente, aunque sea en su último año.

Y si el título de este post es ‘La unión hace la fuerza’, es porque todos los eventos a los que he asistido tienen algo en común, y es la colaboración. El profesor Mójica nunca hubiera avanzado tanto en su descubrimiento de la técnica CRISPR sin colaborar con otros expertos que también tenían esa misma curiosidad científica; Pere Estupinyà jamás podría llevar a cabo su programa de televisión sin un equipo detrás que le apoye y le ayude; y por supuesto, el grupo SUPRAMED y los demás proyectos CONSOLIDER son el máximo exponente de que la colaboración entre los científicos es la base del avance de la ciencia.

Cuando abres un puzzle, sólo ves piezas que sueltas no tienen ningún sentido, pero cuando lo acabas, puedes ver realmente lo que escondía.

Un placer compartir con vosotros 😉

Aquí os dejo algunos links de interés relacionados:

  • Vídeo divulgativo sobre CRISPR-Cas9.
  • Enlace a un artículo con más información sobre CRISPR-Cas9.
  • Página web del grupo SUPRAMED.

 

Pedro Juan Llabrés Campaner