Este es un artículo publicado como tarea para el Diploma de Especialización Universitaria en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UPV-EHU/UPNA). Asignatura: Nociones Científicas Básicas. Casos Públicos. Semana 1.

Caso 1A. “La teoría de la evolución de Darwin no es una teoría completa desde el punto de vista científico”

No, no lo es. El concepto de teoría científica es un tanto ambiguo y basado más en la idealización de cómo debería ser la ciencia que de cómo es realmente. Dejando eso a un lado momentáneamente, la propuesta de Darwin fue revolucionaria en su época y pese a las lagunas el avance científico le ha ido sacando, a día de hoy sigue siendo altamente explicativa. Es la IME (Inferencia a partir de la Mejor Explicación) a por qué hay especies distintas de animales que comparten tantos rasgos en común. La Teoría de la Evolución basada en el éxito reproductor de los caracteres es capaz de explicar muchas de las características observables de la naturaleza, pero le falta quizás el carácter predictivo que deberían tener las teorías científicas, suponiendo que pretenden ser una descripción de la naturaleza de hoy y del mañana. La Teoría de Darwin es la hipótesis y el modelo científico que mejor describe la realidad desde el punto de vista empírico, pero quizá no podríamos hablar de ‘teoría completa’, sin ello rebajar su valía e importancia.

Caso 1B. “No es razonable que exista la vida basada en silicio”

No, no es razonable. Pese a que la vida basada en silicio lleva siendo planteada desde hace décadas por la similitud de este con el carbono en cuanto a estructura electrónica y reactividad química (el Si se encuentra justo debajo del C en la Tabla Periódica), el concepto de ‘vida’ lo hemos creado los seres humanos basándonos en la química que conocemos con el carbono como protagonista. El carbono es la base de nuestra vida gracias a la gran cantidad de moléculas que es capaz de formar que contribuyen a ella (aminoácidos, nucleótidos, lípidos, dióxido de carbono, etc), y que se conjugan perfectamente con el disolvente idóneo, el agua. El Silicio forma enlaces similares que el Carbono, pero de índole muy distinta: su afinidad con el oxígeno impediría reacciones reversibles, y su gran tamaño impediría la formación de las macromoléculas tal y como las conocemos (difícil empaquetamiento de proteínas o nucleótidos). Este debate ayuda a no cerrar la puerta a una bioquímica que aún desconocemos, condiciones planetarias distintas, o definiciones alternativas de vida. Pero basándome en lo que conocemos, no lo veo plausible.

Caso 1C. «La Tierra es el centro del universo y el modelo de Ptolomeo en cuanto describe cómo la orbita el Sol, la Luna y los planetas es perfectamente válido»

No, no lo son. Comenzando por la primera asunción, la Tierra solamente sería considerada centro del universo si se plantea un universo infinito, pues cualquier punto de éste sería «el centro». Pero hoy en día sigue estando sobre la mesa la posibilidad de un universo finito, por lo que no es posible catalogar la Tierra como «el centro». En cuanto a la segunda, los principales supuestos de los que partió el modelo de Ptolomeo fueron dos: 1) El orden de los astros (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno), 2) La máxima distancia de un astro respecto a la Tierra coincide con la mínima del siguiente. El orden de los astros vistos desde la Tierra podía ser ese en su momento, pero hoy se sabe que no. Su modelo fue diseñado no tanto para calcular distancias, si no para definir las posiciones de los astros en el cielo desde su perspectiva. Aventurarse a hablar de distancias parece que no fue del todo acertado y es donde queda algo debilitado el supuesto 2. Además, el Sol y el resto de los planetas no orbitan a la Tierra, por lo que la descripción de las órbitas de estos no es válida.

Pedro Juan Llabrés